miércoles, 27 de julio de 2016

Consumo de zumo de frutas y crecimiento en niños

(Reseña publicada en la WEB de la SEPEAP el 16 de Noviembre de 2009)

Las bebidas edulcoradas son preferidas sobre las no edulcoradas por neonatos y niños. Antes del año de edad todos los niños han tomado en alguna ocasión zumos de frutas. Las recomendaciones de la Academia Americana de Pediatría van en el sentido de advertir sobre el uso excesivo de zumos de frutas, en especial los zumos de pera y manzana que son ricos en sorbitol, azúcar no absorbible que puede originar diarrea crónica, dolor abdominal y distensión abdominal. En niños de 14 a 27 meses de edad, el excesivo consumo de zumo de frutas ha sido referido como un factor asociado en el fallo de crecimiento de causa no orgánico o en la obesidad. B. A. Dennison, H. L. Rockwell, M. J. Nichols, and P. Jenkins. Children's growth parameters vary by type of fruit juice consumed. J Am Coll Nutr 18 (4):346-352, 1999; publican este estudio transversal donde se evalúa la relación entre consumo de zumo de frutas y diversos parámetros de crecimiento. Los niños evaluados consumen una media de 155 ml de zumo de frutas por día; de los cuales un 35% es zumo de manzana. Los niños con mayor ingestión de zumos de frutas tiene menor ingesta de grasas saturadas y colesterol, y en conjunto tienen menos peso. Los signos de malabsorción aparecen mas frecuentemente después de la ingesta de zumo de manzana (54%) y menos frecuentemente después de la ingestión de zumo de uva (19%). El retraso del crecimiento se observó de forma mas frecuente después de la ingestión de mas de 350 ml al día de zumo de manzana.

Prof. Dr. José Uberos Fernández

Nuevas evidencias sobre la utilidad del zinc en la diarrea aguda

(Reseña publicada en la WEB de la SEPEAP el 1 de Abril de 2008)

El zinc es un micronutriente esencial que protege las membranas celulares del daño oxidativo; además recientemente se ha relacionado con mecanismos de señalización intracelular a través del cual aumentaría la actividad de la telomerasa, ribonucleoproteína encargada de regular la actividad de los telómeros de los cromosomas y la actividad del ciclo celular. El zinc no se almacena en el organismo, por los que su valor se determina por el equilibrio entre ingesta dietética y su eliminación por heces, existen evidencias de que sus niveles disminuyen en pacientes con diarrea.
Uno de los aspectos críticos para la reducción de la mortalidad y morbilidad por la diarrea en todo el mundo ha sido la utilización de las soluciones de rehidratación oral; sin embargo, estas soluciones no disminuyen la duración ni la intensidad de los episodios de diarrea. Aspectos que si se ven modificados con la utilización de probióticos y/o zinc conjuntamente con las soluciones de rehidratación oral, como ya ha quedado patente en diversos estudios. K. M. Hoque and H. J. Binder. Zinc in the treatment of acute diarrhea: current status and assessment. Gastroenterology 130 (7):2201-2205, 2006; revisan estos aspectos y postulan que uno de los efectos del zinc es precisamente la reducción de los niveles de AMPc.
El artículo de M. Lukacik, R. L. Thomas, and J. V. Aranda. A meta-analysis of the effects of oral zinc in the treatment of acute and persistent diarrhea. Pediatrics 121 (2):326-336, 2008; completa con nuevos estudios los metanálisis disponibles sobre el efecto del zinc en la diarrea aguda y persistente. En la fase de análisis los autores optan por un modelo de efectos fijos al ignorar la heterogeneidad; se pretende dar respuesta a la cuestión de ¿cuál es la mejor estimación del efecto del tratamiento?. En este estudio los pacientes que recibieron zinc tuvieron un acortamiento medio en la duración de la diarrea de un 15%. Los autores observan que el tratamiento con zinc es útil para tratar tanto la diarrea aguda como la persistente. Sin embargo, aunque la utilidad clínica del zinc en el tratamiento de la diarrea parece evidente, faltan muchos aspectos relacionados con la fisiología del zinc por aclarar, aspectos como conocer cuál es el transportador de zinc y cuál es la relación entre zinc y equilibrio hídrico.
En un metanálisis previo realizado por Z. A. Bhutta, S. M. Bird, R. E. Black, K. H. Brown, J. M. Gardner, A. Hidayat, F. Khatun, R. Martorell, N. X. Ninh, M. E. Penny, J. L. Rosado, S. K. Roy, M. Ruel, S. Sazawal, and A. Shankar. Therapeutic effects of oral zinc in acute and persistent diarrhea in children in developing countries: pooled analysis of randomized controlled trials. Am.J Clin Nutr. 72 (6):1516-1522, 2000; en países desarrollados, se observa que el zinc disminuye en un 15% el riesgo de persistencia de la diarrea. Aplicado en el tratamiento de la diarrea aguda el efecto beneficioso es válido para todos los grupos de edad. Por otro lado, la prevención primaria de la deficiencia de zinc mejora el crecimiento y disminuye la morbilidad a diversa enfermedades infecciosas.
Prof. Dr. José Uberos Fernández


Enfermedad de Whipple

(Reseña publicada en la WEB de la SEPEAP el 2 de Septiembre de 2007)

Aunque la primea descripción de la enfermedad de Whipple se realiza en el año 1907, el primer aislamiento y cultivo del bacilo responsable (Tropheryma whipplei) no se realiza hasta el año 2000, lo que ha contribuido indudablemente a conocer nuevos aspectos de la enfermedad. 
La enfermedad de Whipple se caracteriza por su presentación en 2 estadios, un estadio prodrómicos caracterizado por la presencia de artralgias y artritis, y un estadio de estado que suele aparecer hasta 6 años mas tarde, donde lo mas característico es la presencia de diarrea, pérdida de peso. Los pacientes que con motivo de la artritis reciben tratamiento inmunosupresor, como corticoides o antagonistas del factor de necrosis tumoral, pueden desarrollar la fase de estado mucho mas rápidamente. La enfermedad se observa mas frecuentemente en varones (87%), las manifestaciones clínicas habituales por orden de frecuencia incluyen: pérdida de peso (93%), diarrea (81%), artralgias o artritis (73%), adenopatías (52%), fiebre (38%), melanodermia (41%), oftalmoplejia supranuclear (33%), derrame pleural (14%).
En F. Fenollar, X. Puéchal, and D. Raoult. Whipple's Disease. N Engl J Med 356:55-66, 2007; se revisa el estado actual del conocimiento de la enfermedad de Whipple. 
Epidemiología. 
Se ha observado la existencia de asociación entre la presencia de Giardia lamblia y T. Whipplei por lo que se supone la existencia de mecanismos de transmisión comunes. El genoma de la bacteria ha sido secuenciado recientemente describiéndose como un pequeño cromosoma circular similar al de otras bacterias intracelulares. El análisis del genoma de T. whipplei sugiere que la bacteria es incapaz de sintetizar 16 aminoácidos necesarios para su crecimiento, que toma del entorno intracelular. Esta observación ha permitido cultivar la bacteria en medio extracelular simplemento añadiendo los 16 aminoácidos al medio de cultivo. 
Existe en la actualidad controversia sobre la posibilidad de la existencia de portadores asintomáticos de Tropheryma whipplei, la identificación de DNA de la bacteria en saliva de sujetos sanos sustenta esta hipótesis. El desarrollo de la enfermedad debe estar sustentado en la existencia de susceptibilidad inmunológica o genética; así, se ha podido comprobar mayor frecuencia del antígeno HLA-B27 entre la población afectada. 

Anatomía patológica.
El aspecto mas característico de la enfermedad de Whipple es la infiltración de los tejidos afectados por macrófagos, la replicación de la bacteria en los macrófagos se asocia con la apoptosis de la célula, que es crucial para la diseminación de la bacteria y la liberación de interleukina-16 que se relaciona con los niveles de actividad de la enfermedad de Whipple. Los anticuerpos frente a la interleukina 16 inhiben el crecimiento de T. whipplei en macrófagos. Datos experimentales sugieren que los macrófagos de los sujetos con enfermedad de whipple tienen dificultad para degradar de forma eficiente los antígenos bacterianos lo que se relacionaría con niveles deficientes de interleukina 12 e interferon-γ. 

Enfermedad de Whipple clásica. 
Los síntomas mas frecuentes incluyen diarrea y pérdida de peso, el sangrado intestinal oculto puede estar presente en el 20-30% de los casos. El dolor abdominal, hepatomegalia y hepatitis pueden también observarse. La ascitis se ha comunicado en el 5% de los casos. La afectación articular se ha comunicado en el 65-90% de los pacientes con enfermedad de Whipple clásica; el síntoma de presentación habitual es como una artralgia intermitente migratoria, artritis o ambas. La afectación es poliarticular, ocasionalmente oligoarticular. 
Los síntomas neurológicos se han comunicado en el 6-63% de los pacientes. Las manifestaciones incluyen cambios cognitivos que afectan al 71% de los pacientes y que pueden evolucionar a demencia. Los síntomas psiquiátricos como depresión o cambios de personalidad han sido también descritos. En el 50% de los pacientes con manifestaciones neurológicas se aprecia oftalmoplejia supranuclear al inicio y en un 25% de los casos se observan mioclonus. La afectación hipotalámica se evidencia por hiperfagia, polidipsia, cambios en la líbido y cambios en el ritmo del sueño. El pronóstico de los pacientes con afectación del sistema nervioso central es malo, el 25% de los pacientes mueren en los 4 años siguientes y un 25% permanecen con secuelas graves. La uveitis anterior o posterior, ocasionalmente bilateral y crónica es la manifestación ocular mas frecuente. 
Las manifestaciones cardíacas se han comunicado frecuentemente en pacientes con enfermedad de Whipple clásica. Se pueden afectar las tres capas (endocardio, pericardio y miocardio), la identificación de infiltración tisular por macrófagos PAS positiva es posible en el 80% de las necropsias. 
La afectación pulmonar se describe en el 30-40% de los pacientes, incluye derrame pleural, infiltración pulmonar y adenopatías mediastínicas. Los granulomas epitelioides de células gigantes no caseificantes se pueden observar en el 9% de los pacientes. 
Ocasionalmente se ha descrito afectación renal, hipotiroidismo, epididimitis y orquitis. 

Diagnóstico.
Los hallazgos habituales de laboratorio incluyen la presencia anemia, leucocitosis, trombocitosis, eosinofilia y reactantes de fase aguda elevados con signos analíticos de malabsorción intestinal. La sospecha de enfermedad de Whipple debe ir seguida de una biopsia de intestino delgado con tinción para detección de corpúsculos PAS positivos y PCR frente a T. whipplei. En la endoscopia duodenal se hace patente una mucosa amarilla pálida que alterna con placas de mucosa eritematosa y moderadamente friable. La biopsia de intestino delgado demuestra las inclusiones PAS positivas. Dependiendo de las manifestaciones clínicas otros tejidos además del intestino pueden ser biopsiados y teñidos para PAS. 

Tratamiento.
Las tetraciclinas se han recomendado clásicamente como antibióticos de primera línea, observándose un 28% de recurrencias. Por ello el tratamiento antibiótico estándar en la actualidad consiste en la administración de trimetoprin-sulfametoxazol dos veces al día durante 1-2 años, precedida por la administración de ceftriaxona durante 2 semanas. La combinación de doxicilina (200 mg/día) y alcalinización con hidroxicloroquina (200 mg/8 h) se ha mostrado efectiva in vitro. 

Prof. Dr. José Uberos Fernández

Sobrecrecimiento bacteriano intestinal y síndrome de colon irritable

(Reseña publicada en la WEB de la SEPEAP el 16 de Marzo de 2010)

Diversos autores han resaltado el papel del sobrecrecimiento bacteriano intestinal como factor desencadenante del síndrome de colon irritable, observando mejorías de la sintomatología en algunos casos tras terapia de descontaminación intestinal. E. Scarpellini, V. Giorgio, M. Gabrielli, E. C. Lauritano, A. Pantanella, C. Fundaro, and A. Gasbarrini. Prevalence of small intestinal bacterial overgrowth in children with irritable bowel syndrome: a case-control study. J Pediatr 155 (3):416-420, 2009; publican este estudio que con metodologia de caso-control evalúa la prevalencia del sobrecrecimiento bacteriano en niños con síndrome de colon irritable. Sus hallazgos sugieren una asociación epidemiológica entre sobrecrecimiento bacteriano intestinal y síndrome de colon irritable. Diversos mecanismos podrían explicar esta asociación. Las bacterias colónicas podrán expandir su crecimiento hacia el intestino delgado, el sobrecrecimiento bacteriano en estas localizaciones se asociaría con fermentación anormal de azúcares y producción de gas. El disconfort abdominal asociado con la presencia de gas en intestino delgado, sugiere que esta porción intestinal puede funcionar como una zona gatillo para el inicio de las molestias intestinales, es sobradamente conocido que el intestino grueso puede manejar grandes volúmenes de gas sin producir dolor.
Por otro lado, la calidad y cantidad de los cambios en la microbiología bacteriana intestinal puede explicar diferentes efectos sobre la mucosa intestinal, como la activación de la inmunidad mucosa del huésped y cambios inflamatorios locales, que en definitiva estarían relacionados con los cambios en la motilidad intestinal e hipersensibilidad intestinal.
El diagnóstico de síndrome de colon irritable en la población pediátrica asocia ciertas dificultades derivadas fundamentalmente de la utilización de síntomas subjetivos. En el trabajo de E. Scarpellini y cols. se utilizan como criterios diagnósticos los criterios de Roma II, que clasifica a los pacientes en tres subtipos según predomine la diarrea, estreñimiento o un hábito intestinal alternante. Para su diagnóstico, el cultivo del aspirado intestinal sigue considerándose la prueba de referencia; no obstante lo molesto de la prueba hace que en ocasiones se prefiera el test de hidrógeno espirado con lactulosa, que se realiza tras ayuno del paciente durante 12 horas para minimizar la excreción basal de hidrógeno. El día del test, los pacientes realizan un enjuague bucal con clorhexidina al 0.05% durante 20 minutos, no se realiza ejercicio físico en los 30 minutos anteriores o posteriores a la prueba. Se administran 10 g de lactulosa en 20 ml de agua por vía oral. Durante un periodo de 4 horas se toman muestras del hidrógeno espirado cada 15 minutos. Este test tiene una especificidad del 85% y una sensibilidad del 91%.

Prof. Dr. José Uberos Fernández

Nuevos aspectos de la infección por rotavirus en la infancia

(Reseña publicada en la WEB de la SEPEAP el 1 de Septiembre de 2009)

La diarrea por rotavirus es la causa mas frecuente de diarrea en países desarrollados. Los rotavirus causan gastroenteritis viral y provocan más muertes por diarrea que cualquier otro agente simple. En los países de ingresos bajos y medianos, se estima que el rotavirus causa la muerte de 1600 a 2400 niños por día. Se calcula que el rotavirus es responsable del 20% al 25% de todas las muertes causadas por la enfermedad diarreica en todo el mundo. Aunque en estos países la mortalidad de estos procesos es muy baja, no debe perderse de vista el gran coste derivado de la asistencia de estos pacientes y la morbilidad asociada a las infecciones nosocomiales por rotavirus, que suponen un coste añadido a estos procesos. Rotavirus es un miembro de la familia Rheoviridae que consta de 8 grupos (grupos A a G). Sólo los grupos A, B y C han sido identificados en humanos; siendo el grupo A la causa mas frecuente de gastroenteritis. Su genoma consiste en una cadena de RNA bicatenario que codifica 6 proteínas estructurales y 6 proteínas no estructurales. Dos proteínas de la cápside definen en serotipo P (VP4) y G (VP7). Aunque en la actualidad se conocen 14 serotipos G, 15 genotipos G, 14 serotipos P y 27 genotipos P, sólo 11 genotipos G y 15 genotipos P han sido identificados en humanos. Los estudios epidemiológicos han identificado 4 tipos G frecuentes (G1, G2, G3, y G4), dos tipos P frecuentes (P8 y P4) y un tipo menos frecuente (P6). Desde la década de los 90 se ha asistido a la emergencia del tipo G9, con características genéticas y moleculares distintas a las del tipo G9 descrito en la década de los 80. Utilizando análisis cluster se han podido identificar nuevas secuencias de rotavirus G9, VP7 encontrando patrones similares entre los rotavirus G9 y VP7 humanos y porcinos. Jorge Martinez-Laso, Angela Román, Jacqueline Head, Isabel Cervera, Miriam Rodríguez, Iciar Rodriguez-Avial, Juan J. Picazo. Phylogeny of G9 rotavirus genotype: A possible explanation of its origin and evolution. Journal of Clinical Virology 44 (1):52-57, 2009; proponen una análisis filogenético al respecto.
Infección nosocomial por rotavirus.
Debe tenerse en cuenta que en términos estadísiticos-epidemiológicos la mayoría de las infecciones nosocomiales son de etiología no viral y afectan a la población adulta; de ellas las infecciones de tracto urinario (asociadas a la existencia de sonda), las infecciones del aparato respiratorio y las infecciones de herida quirúrgica son las mas frecuentes. Las infecciones gastrointestinales son menos comunes. Sin embargo, cuando observamos a la población pediátrica encontramos que los virus son los agentes implicados con mas frecuencia en las infecciones nosocomiales en niños y originan entre un 90-95% de las gastroenteritis nosocomiales descritas. Este es precisamente el aspecto que analizan en su artículo O. Gleizes, U. Desselberger, V. Tatochenko, C. Rodrigo, N. Salman, Z. Mezner, C. Giaquinto, and E. Grimprel. Nosocomial rotavirus infection in European countries: a review of the epidemiology, severity and economic burden of hospital-acquired rotavirus disease. Pediatr.Infect.Dis.J. 25 (1 Suppl):S12-S21, 2006.
No hace falta decir que el rotavirus se introducen en las salas de hospitalización tras el encamamiento o asistencia en las salas de urgencia de un paciente con infección por rotavirus. La diarrea por rotavirus comienza entre el 2º-6º día de hospitalización, puede acompañarse de vómitos y habitualmente (60-100%) existe fiebre. La infección asintomática es mas frecuente en neonatos y lactantes menores de 3 meses; circunstancia que se ha intentado explicar por la persistencia de inmunidad pasiva transferida desde la madre.
La transmisión del rotavirus es por transmisión directa o indirecta vía fecal-oral. La dosis infectiva es muy baja y las partículas virales excretadas en muy alta concentración en heces. Otras vías de infección como los vómitos o las gotas aerosolizadas por vía respiratoria, son discutidas y no unánimemente aceptadas. Entre los factores de riesgo para adquirir una infección nosocomial por rotavirus se citan los siguientes:
  • Hospitalización mayor a 6 días lo incrementa en un 70%.
  • Personal hospitalario insuficiente.
  • Medidas higiénicas insuficientes.
  • Existencia de personal no sanitario implicado en los cuidados hospitalarios del niño.
  • Prematuridad y bajo peso al nacer.
  • Malnutrición.
  • Inmunodeficiencias.
  • Enfermedades crónicas.
La mayoría de las infecciones por rotavirus descritas en Europa ocurren al final del otoño, invierno y principios de primavera, el gráfico adjunto, extraído de la publicación original de O. Glizes y cols documenta este hallazgo.
Cinco indicadores se proponen para analizar la incidencia de infecciones nosocomiales por rotavirus:
  • Nº de infecciones nosocomiales por rotavirus/Nº de ingresos pediátricos.
  • Nº de infecciones nosocomiales por rotavirus/100.000 niños.
  • Nº de infecciones nosocomiales por rotavirus/Nº de infecciones por rotavirus adquiridas en la comunidad que requieren ingreso hospitalario.
  • Infecciones nosocomiales por rotavirus / 1000 días de hospitalización.
  • Nº de infecciones nosocomiales por rotavirus/100.000 niños.
Consultando la información disponible encontramos que las infecciones nosocomiales por rotavirus suponen 0.3-27-7% de todos los ingresos hospitalarios pediátricos. Diversos estudios indican además que la infección nosocomial por rotavirus supone un alargamiento de la estancia hospitalaria de 1.7 a 5.9 días con coste económico y uso de recursos disponibles que ello supone. Circunstancias a tener en cuenta a la hora de valorar la implantación de la vacunación sistemática frente al rotavirus.
Tratamiento.
La infección por rotavirus del grupo A es una de las principales causas de morbilidad por diarrea en niños. Las epidemias debido a infección por rotavirus parecen ser estacionales, y son comunes en los meses más fríos del invierno. Las tasas de infección oscilan entre el 12,7% y el 78% de los recién nacidos en la unidad neonatal durante las epidemias.

El reservorio principal de la infección por rotavirus en las unidades neonatales de recién nacidos parece ser el recién nacido infectado y la mayoría de las infecciones ocurren en los primeros días de vida. El rotavirus, especialmente sus nuevas cepas, puede provocar diarrea y deshidratación graves en recién nacidos ya enfermos. Se demostró que la infección por rotavirus se asocia con enterocolitis necrotizante (ENC) en recién nacidos prematuros durante el brote en la unidad neonatal. A diferencia de las cepas anteriores, las nuevas cepas P6G9 pueden provocar serios brotes de diarrea en las unidades neonatales y síntomas graves en la mayoría de los recién nacidos infectados. La mayoría de las madres no estuvieron expuestas a estas nuevas cepas. Por lo tanto, una gran proporción de recién nacidos carecen de anticuerpos protectores.
La administración oral de inmunoglobulina con preparados de calostro de vacas inmunizadas, inmunoglobulina de yema de huevo de gallinas inmunizadas o inmunoglobulinas plasmáticas combinadas puede proporcionar inmunidad pasiva. Por ello, desde hace algún tiempo este tema esta incluido entre los protocolos abiertos objeto de estudio por la Colaboración Cochrane: P. Mohan y K. Haque. Oral immunoglobulin for the prevention of rotavirus infection in low birth weight infants. Cochrane Database.Syst.Rev. (3):CD003740, 2003. Hasta el presente sólo un ensayo clínico realizado en 1982 permanece incluido en este protocolo de estudio. En él, no se observan diferencias significativas en cuanto a infección por rotavirus en prematuros que recibieron o no preparados de inmunoglobulina oral.

Profilaxis.
P. H. Dennehy. Rotavirus vaccines: an update. Curr.Opin.Pediatr 17 (1):88-92, 2005, publican una breve puesta apunto sobre el estado actual de la investigación frente a rotavirus, desde que se pudo comprobar que la infección por el virus nativo originaba inmunidad permanente y que la protección inducida se incrementaba con sucesivas reinfecciones. Los antícuerpos frente a los antígenos virales VP4 y VP7 se han mostrado capaces de neutralizar la infección por el virus y han sido la base para el desarrollo de vacunas frente a rotavirus como veremos mas adelante.
A este respecto la última publicación de la colaboración Cohchrane datan de noviembre de 2003: K. Soares-Weiser, E. Goldberg, G. Tamini, OC. Pitan, and L. Leibovici. Vacuna antirrotavirus para la prevención de la diarrea. La Biblioteca Cochrane Plus.Oxford: Update Software Ltd. (2), 2005. Este artículo de recomendable lactura para comprender el estado actual de la investigación sobre este tema expone los principales ensayos clínicos realizados sobre la materia y recoge un total de 64 ensayos clínicos sobre una población de 21.070 niños.
La primera vacuna probada a comienzos de los años ochenta fue una vacuna de rotavirus vivos, bovina, monovalente y oral en niños (NCDV - RIT 4237) esta vacuna que mostró buenos resultados en los países industrializados no obtuvo iguales resultados en los países mas pobres, principales destinatarios de la vacuna; en consecuencia fue abandonado su uso. A continuación, se probaron las vacunas monovalente rhesus (RRV) y humana (M37) de virus atenuados. Estas vacunas parecían ser prometedoras, pero la eficacia varió enormemente entre los diferentes países; motivo por el que se desarrollaron vacunas polivalentes de rotavirus reclasificados humanos y rhesus, que proporcionan inmunidad específica a los serotipos contra los cuatro serotipos de rotavirus humanos predominantes (G1, G2, G3 y G4) y se describieron como eficaces en la reducción de la tasa de diarrea grave por rotavirus en un 80%: una tasa similar a la protección conferida por una infección natural. En agosto de 1998, la Food and Drug Aministration de los EE.UU. autorizó la administración oral de la vacuna tetravalente antirrotavirus rhesus (RRV-TV, RotaShield, Wyeth-Lederle Vaccines and Pediatrics, Filadelfia, PA) en lactantes de dos, cuatro y seis meses de edad. Esta vacuna es un producto vivo atenuado administrado por vía oral derivado de cuatro grupos de rotavirus A. Tres de los rotavirus son simples reclasificaciones genéticas del gen VP7 de origen humano (tipos G1, G2 y G4) y la cuarta cepa es el rotavirus rhesus (tipo G3), que es antigénicamente similar al G3 humano.
Uno de los aspectos investigados por algunos autores fue la interferencia de la vacuna antirotavirus con las otras vacunas de uso sistemático en los diferentes calendarios vacunales. T. Vesikari, J. Joensuu, M. Baer, H. Kayhty, R. M. Olander, H. Sormunen, A. Miettinen, R. L. Ward, and T. Guillot. Concurrent administration of rhesus rotavirus tetravalent (RRV-TV) vaccine with pentavalent diphtheria-pertussis-tetanus-Haemophilus influenzae beta-inactivated polio and hepatitis B vaccines. Acta Paediatr. 88 (5):513-520, 1999, sobre un total de 249 niños estudian los índices de seroconversión del 80% para la IgA, después de recibir 3 dosis de vacuna. Además estos autores comprueban que no existe interferencia con las vacunas frente a difteria, tetános, pertusis, Hib y polio administradas concomitante.
Entre 1998 y 1999 se administraron 1 millón de dosis de vacuna RRV-TV (Rotashield, Wyeth Laboratories), los estudios epidemiológicos mostraron un riesgo atribuible de invaginación intestinal de 1 caso por cada 5000-11000 niños vacunados; el riesgo parece mas acentuado tras 2 semanas de recibir la primera o segunda dosis de vacuna y en lactantes de menos de 3 meses de edad; estos hallazgos motivaron la suspensión de su administración en 1999; a pesar de que los estudios ecológicos mostraban que la incidencia era bastante inferior a la comunicada. El artículo de M. A. Widdowson, J. S. Bresee, J. R. Gentsch, R. I. Glass.Rotavirus disease and its prevention. Curr.Opin.Gastroenterol. 21 (1):26-31, 2005, revisa el estado actual de las diferentes vacunas frente a rotavirus y la fase de investigación en que se encuentran. Frente a la vacuna RRV-TV, se han desarrollado otras vacunas (Ver Tabla 1), algunas de ellas como la Rotateq, vacuna pentavalente que suprime el antígeno procedente de Rhesus e incorpora antígenos G1, G2, G3, G4 del gen VP7 de origen humano y otra cepa VP4 también de origen humano.
J. E. Bines. Widdowson Rotavirus vaccines and intussusception risk. Curr.Opin.Gastroenterol. 21 (1):20-25, 2005, analiza el riesgo de invaginación intestinal después de la vacunación y estima con los datos actualmente disponibles que el riesgo es inferior al comunicado en su día (1 por cada 10000-32000 vacunados). En este artículo se hace una revisión de los mecanismos implicados en el desarrollo de invaginación intestinal en los niños vacunados. La vacuna de Rotashield es altamente reactógena, produce fiebre, diarrea e hiperplasia del tejido linfoide mesentérico, responsable de los casos de invaginación intestinal. La vacuna Rotateq, que hemos comentado anteriormente se ha ensayado ya en mas de 65000 niños y hasta el momento no se ha comunicado un mayor riesgo de invaginación intestinal.

Prof. Dr. José Uberos Fernández

Inhibidores de la acidez gástrica y riesgo de neumonía

(Reseña publicada en la WEB de la SEPEAP el 7 de Junio de 2006)

Los inhibidores de la acidez gástrica son el principal soporte del tratamiento del reflujo gastroesofágico. Sin embargo, el tratamiento mantenido con antiácidos, incluidos antagonistas de los receptores H2 de la histamina o de la bomba de protones inducen hipoclorhidria, factor que se ha relacionado con una mayor prevalencia de infecciones gastrointestinales. La acidez gástrica tiene un papel regulador de la microflora intestinal y protector frente a los microorganismos accidentalmente ingeridos.
R. B. Canani, P. Cirillo, P. Roggero, C. Romano, B. Malamisura, G. Terrin, A. Passariello, F. Manguso, L. Morelli, and A. Guarino. Therapy with gastric acidity inhibitors increases the risk of acute gastroenteritis and community-acquired pneumonia in children. Pediatrics 117 (5):e817-e820, 2006; desarrollan este estudio multicéntrico prospectivo para evaluar la relación entre uso  de inhibidores de la acidez gástrica e infecciones gastrointestinales o neumonía. Los autores observan una odd de gastroenteritis y neumonía aumentada en pacientes sometidos a tratamiento con inhibidores de la acidez gástrica durante mas de 4 meses (OR: 3.58; 95% CI: 1.87–6.86) (OR: 6.39; 95% CI: 1.38–29.70) respectivamente. No parece existir diferencia entre el tipo de inhibidor de la acidez gástrica utilizado.

Prof. Dr. José Uberos Fernández

Reflujo gastroesofágico del lactante

(Reseña publicada en la WEB de la SEEAP el 5 de Mayo de 2009)

Los signos clínicos del reflujo gastroesofágico son conocidos, incluyen habitualmente las regurgitaciones o los vómitos. Las regurgitaciones tienen una alta prevalencia durante los primeros meses de vida; así en el 4º mes de vida el 67% de los lactantes regurgitan una o varias veces al día; de ellos tan solo un 25%  de los lactantes tienen un reflujo ácido demostrado por pHmetría.
El reflujo gastroesofágico debe ser tenido en cuenta en presencia de otros síntomas respiratorios como tos, asma o estridor. Parece existir una relación clara entre la presencia de reflujo gastroesofágico y apneas de la prematuridad. 
La asociación de reflujo gastroesofágico con alergia a las proteínas de leche de vaca es también bien conocida. La existencia de antecedentes alérgicos familiares, de diarrea, de dermatitis atópica constituyen argumentos indirectos.
La esofágitis por reflujo es la complicación habitual del reflujo gastroesofágico de larga evolución, su manifestación clínica habitual es el dolor, su demostración en el lactante es excepcional.
Definir los criterios que permiten diagnosticar un reflujo gastroesofágico en edad pediátrica ofrece algunas dificultades. La pHmetria permite detectar la intensidad y duración del reflujo ácido. El parámetro habitualmente utilizado es el índice de reflujo que indica el porcentaje del tiempo durante el cual el pH esofágico es inferior a 4. El percentil 50 del índice de refluje varia entre el 4-5% en los primeros meses de vida, disminuye a un 2.5% en el 8º mes de vida. La mayoría de los autores fijan el punto de corte de normalidad en niños mayores de 1 año en un 10%. La impedanciometria completa a los reflujos no ácidos y permite demostrar la existencia de reflujos no ácidos. Esta técnica se fundamenta en las modificaciones en la impedancia del esófago en función del contenido del esófago. Durante los primeros meses de vida, dado que la dieta es fundamentalmente láctea y se tampona con facilidad el pH ácido del estómago, la pHmetria tiene una utilidad limitada. Otros estudios, como la realización de un esofagograma con contraste tienen la utilidad de documentar gráficamente la existencia de reflujo gastroesofágico, pero no permiten conocer el porcentaje de tiempo de permanencia del reflujo en las restantes horas del día.
.Los episodios de reflujo se relacionan con relajación del esfínter inferior del esófago, la diferencia entre los reflujos sintomáticos de los asintomáticos reside fundamentalmente en la frecuencia de los reflujos ácidos. La impedanciometría permite evaluar el nivel de reflujo, tiene una mejor correlación que la pHmetría con los signos clínicos.
Los síntomas de reflujo del lactante tienden a desaparecer y atenuarse con la edad, de forma que entre los 6 y los 12 meses pueden desaparecer las regurgitaciones.
El tratamiento postural constituye la primera línea de tratamiento. Las formulas lácteas que incorporan un espesante en su composición resultan de utilidad; las sustancias utilizadas son la harina de algarrobo, el almidón de de arroz, almidón de patata y la carboximetilcelulosa. Los procinéticos tienen, según algunos autores, una utilidad limitada y la posibilidad de efectos secundarios limitan aun mas su utilidad. La cisaprida es el único de los procinéticos que ha demostrado utilidad en varios ensayos clínicos, pero la descripción de varios episodios de arritmias descritos en prematuros ha limitado su uso en esta indicación. Tanto la cisaprida como la domperidona utilizan la misma vía de degradación, a través del citocromo P450, razón por la que los recién nacidos y en especial los prematuros que pueden tener dificultades en la metabolización del medicamento, pueden desarrollar con mas frecuencia efectos secundarios. Otros fármacos utilizados son los inhibidores de la secreción ácida, tanto los inhibidores de los receptores H2 (ranitidina) como los inhibidores de la bomba de protones (omeprazol).
En J. J. Baudon. Reflux gastro-oesophagien du nourrisson: mythes et realités. Archives de Pédiatrie 16 (5):468-473, 2009; se revisan aspectos de actualidad en el reflujo gastroesofágico del lactante. 

Prof. Dr. José Uberos Fernández

Probióticos y prebióticos en pediatría

(Reseña publicada en la WEB de la SEPEAP el 6 de Enero de 2010)

En D. W. Thomas and F. R. Greer. Probiotics and prebiotics in pediatrics. Pediatrics 126 (6):1217-1231, 2010: se revisa la situación actual y el estado de conocimiento sobre utilidad e indicaciones de los probióticos y prebióticos en pediatría.
La utilidad de los probióticos no es sino un ejemplo mas de como algunas terapias utilizadas en lo que se ha dado en denominar medicina alternativa pueden evidenciar una utilidad real. Los probióticos se pueden definir como aquellas sustancias que liberan sus constituyentes activos, como son enzimas o componentes antibacterianos en el tracto gastrointestinal. La utilidad de los probióticos depende de su capacidad de resistir la acidez gástrica. Los criterios que se han seguido para clasificar los microorganismos como probióticos son:
  • Origen humano.
  • No patógenos.
  • Posibilidad de ser vehiculizados en diversos mecanismos de liberación.
  • Estabilidad en ácido y bilis.
  • Adhesión al tejido epitelial.
  • Capacidad para persistir en tracto gastrointestinal.
  • Producción de sustancias antimicrobianas.
  • Capacidad de modular la respuesta inmune.
  • Capacidad de modular la actividad metabólica.
Los microorganismos probióticos son típicamente bacetria del género lactobacilus, bifidobacterium y streptococcus. Son bacterias fermentativas, productoras de ácido láctico, anaerobias facultativas y no móviles. Tal vez un dato inherente a su capacidad probiótica es la de prevalecer en el tracto gastrointestinal humano sobre otras bacterias potencialmente patógenas. Esta capacidad de prevalecer en un mismo nicho ecológico sobre otras bacterias se ha atribuido a su facultad de sintetizar y segregar pequeñas moléculas que ejercerían este papel bioregulador, esta actividad se le ha atribuido a los ácidos grasos de cadena corta como el butirato. La preparación de probiótico debe contener una cantidad mínima de UFC por dosis. Generalmente se recomienda una dosis de 5 billones de UFC por día, durante un periodo de 5 días; sin embargo, se echan en falta estudios que definan la dosis necesaria.
Los prebióticos son complementos alimentarios no digeribles que estimulan de forma selectiva el crecimiento o la actividad de determinadas bacterias probióticas. Habitualmente son oligosacáridos, que aunque no son digeridos en el tracto intestinal, su presencia en el colon estimula el crecimiento de algunas especies bacterianas, especialmente bifidobacterium. Los oligosacáridos prebiólticos, tipicamente contienen menos de 10 cadenas de fructosa con un resto terminal de glucosa. Son ejemplos de prebióticos la frctooligosacáridos, la inulina, galactooligosacáridos. Aunque los nucleótidos de la dieta no se ajustan exactamente a la definición de prebióticos, lo cierto es que tienen propiedades inmunomoduladoras sobre el crecimiento bacteriano, esta circunstancia ha motivado que algunas fórmulas infantiles se adicionen con cantidades variables de nucleótidos.

Con el término de simbióticos nos referimos a aquellos productos que contiene tanto probióticos como prebióticos, que muestran cierto sinergismo en su acción. Algunos autores utilizan el término postbiótico para referirse a aquellas moléculas producidas por los probióticos y a través de las que se les supone su efecto beneficioso a los probióticos, el butirato sería un ejemplo de postbiótico. Otro término que se utiliza últimamente con cierta asiduidad es el de alimento funcional, se referiría a aquellos complementos alimentarios o alimentos que ejercen un efecto beneficioso en la regulación del nicho ecológico.
El tracto gastrointestinal del recién nacido es estéril, tras el nacimiento ocurre la colonización por flora comensal, en los recién nacidos sometidos a tratamiento antibiótico, recién nacidos prematuros o nacidos por cesárea, dicha colonización intestinal ocurre mas tarde. En los recién nacidos alimentados con fórmula artificial, 2/3 tienen predominio entre su flora intestinal de Bacteroides fragilis, frente a sólo el 22% alimentado con leche materna. Los mecanismos de defensa inmunitarios de la mucosa intestinal maduran en los primeros meses de vida, el reconocimiento de los antígenos propios de los no propios, y la canalización de las respuestas inmunológicas hacia respuestas de tipo Th1 o Th2 estan definitivamente influidas por la microflora intestinal presente durante este periodo.
Los metanálisis publicados hasta la fecha demuestran un modesto beneficioso de los probióticos en la prevención de las infecciones gastrointestinales en niños sanos. Sin embargo, cuando nos referimos al tratamiento de la diarrea, si se observa una disminución en el número de días necesarios para la restauración de la normalidad, acortando el tiempo necesario de rehidratación. 
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la diarrea se define como tres o más deposiciones flojas o líquidas (que adoptan la forma del recipiente) en un período de 24 horas. La diarrea es aguda si la enfermedad comenzó menos de 14 días antes, y persistente si el episodio lleva 14 días de duración o más. Esta definición válida para lactantes mayores y niños tiene como excepción los recién nacidos normales alimentados exclusivamente mediante la lactancia pueden evacuar deposiciones flojas y "pastosas" con frecuencia. 
Existen muchos agentes infecciosos que causan diarrea. En todo el mundo, el rotavirus es la causa más común de diarrea grave y de mortalidad por diarrea en los niños, aspecto que ya fue tratado en Vacunas antirrotavirus: Valoración de su eficacia, efectividad y efectos secundarios. 
El objetivo del tratamiento es prevenir o revertir la deshidratación, acortar la duración de la enfermedad y reducir el período durante el cual la persona puede infectar a otras; en este sentido los probióticos que se han definido como preparados de células microbianas o componentes de células microbianas pueden tener un efecto beneficioso en el control de la diarrea. Algunos probióticos muy conocidos son las bacterias acidolácticas y la levadura Saccharomyces.
El motivo por el cual se utilizan los probióticos para la diarrea infecciosa es que actúan contra los agentes enteropatógenos, porque compiten por la obtención de nutrientes y lugares de unión disponibles, acidifican los contenidos intestinales, producen una variedad de productos químicos y aumentan las respuestas inmunitarias específicas y no específicas. La revisión sistemática realizada por S. J. Allen, B. Okoko, E. Martinez, G. Gregorio, and L. F. Dans. Probiotics for treating infectious diarrhoea. Cochrane.Database.Syst.Rev. (2):CD003048, 2004; encontró 64 estudios potencialmente relevantes sobre el tema; veintitrés de estos estudios cumplieron con los criterios de inclusión. En esta revisión sistemática se observa que el riesgo relativo de presentar diarrea de cuatro o más días de duración en el grupo de probióticos fue de 0,36 (IC del 95%: 0,30 a 0,44), nuevamente con heterogeneidad en los resultados entre los estudios. El resultado sorprendente de esta revisión es que casi todos los ensayos informaron que los probióticos tuvieron un efecto beneficioso en la disminución de la diarrea, y este resultado alcanzó significación estadística en muchos estudios.
H. Szajewska, M. Setty, J. Mrukowicz, and S. Guandalini. Probiotics in gastrointestinal diseases in children: hard and not-so-hard evidence of efficacy. J.Pediatr.Gastroenterol.Nutr. 42 (5):454-475, 2006; revisan las evidencias existentes sobre la utilidad de los probióticos en patología gastrointestinal. En cuatro metaanálisis publicados hasta la fecha se observa una disminución del riesgo de diarrea con duración mayor de tres días. De igual forma, se observa evidencia de un efecto beneficioso moderado de los probióticos en la disbacteriosis intestinal. Sin embargo, los probióticos no han demostrado ser útiles para disminuir la diarrea por C. difficile después de tratamiento antibiótico.
Similarmente efecto beneficioso se ha observado en las disbacteriosis intestinales secundarias a tratamiento antibiótico. Aunque algunos autores han preconizado su uso, los ensayos clínicos relaizados al respecto, no permiten afirmar que el uso de probióticos tenga utilidad alguna en el tratamiento de la enfermedad atópica.
En 2008 la Colaboración Cochrane recogió 8 ensayos clínicos donde se evaluaba la utilidad de los probióticos en la prevención de la enterocolitis necrotizante del prematuro. Se observaron efectos beneficiosos, reduciendo la incidencia de NEC y su mortalidad. Sin embargo, la mayoría de los estudios se refieren a recién nacidos prematuros de mas 1000 g, queda por determinar la eficacia y seguridad de los probióticos en prematuros de muy bajo peso. 
Los pacientes con enfermedade Crohn presentan una mutación en el gen CARD15 del cromosoma 16, de la que resulta una inflamación crónica en respuesta a la presencia algunas bacterias en el intestino como es la E. coli. A pesar de que la regulación de la microflora intestinal con probióticos podría ser de utilidad, al menos en el marco teórico, lo cierto es uqe los ensayos clínicos realizados no arrojan beneficiosos en esta indicación. De forma similar las evidencias disponibles tampoco permiten recomendar el uso de probióticos en el tratamiento del estreñimiento o el síndrome de colon irritable. 

Pólipos intestinales: Revisión sobre el tema

(Reseña publicada en la WEB de la SEPEAP el 10 de Abril de 2006)

La presencia de sangrado rectal rutilante con ausencia de dolor y consistencia y frecuencia normal de las deposiciones constituyen los síntomas habituales de la poliposis intestinal a cualquier edad. Durante el periodo pediátrico los pólipos intestinales suelen ser esporádicos y únicos. Sin embargo, conviene reconocer los síndromes de poliposis familiar que pueden presentarse durante el periodo pediátrico. Conviene recordar que los síndromes de poliposis múltiple frecuentemente se asocian con otros signos y síntomas, algunos extraintestinales. Estos aspectos se abordan en el artículo de T. M. Attard and R. J. Young.Diagnosis and Management of Gastrointestinal Polyps: Pediatric Considerations.Gastroenterol.Nurs. 29 (1):16-22, 2006.
Síndrome de poliposis juvenil.
El mecanismo de herencia descrito es autosómico dominante con penetrancia variable. La edad media de presentación es entre los 5-6 años. En la mayoría de los casos se trata de pólipos solitarios, aunque hasta en el 58% de los casos pueden estar presentes 2 o mas pólipos. Su localización habitual es en las proximidades de la flexura esplénica del colon. Su tamaño habitual es de 3 cm. Su diagnóstico requiere colonoscopia con toma de biopsia. La poliposis esporádica no requiere ningún seguimiento, ni tratamiento a largo plazo; sin embargo, conviene distinguir la poliposis esporádica del síndrome de poliposis juvenil caracterizado por la presencia de 5 o mas pólipos colorectales o en intestino proximal, o la presencia de una historia familiar positiva con cualquier número de pólipos en intestino. Histológicamente el síndrome de poliposis juvenil se caracteriza por la existencia de pólipos de tipo hamartomatoso (músculo liso rodeado de epitelio de tipo glandular). En el 40-60% de los pacientes se ha identificado una mutación en el gen SMAD4 o BMPR1A con mayor riesgo de pólipos gástricos y degeneración de los pólipos hacia cáncer colorrectal en el futuro. E. Chow and F. Macrae. A review of juvenile polyposis syndrome. J.Gastroenterol.Hepatol. 20 (11):1634-1640, 2005; hacen una revisión del síndrome de poliposis juvenil proceso infrecuente (1/100.000 habitantes) que debe ser diferenciado de los pólipos juveniles esporádicos mucho mas habituales (2% de la población).
Las manifestaciones clínicas pueden incluir sangrado rectal (hematoquecia o rectorragia), invaginación intestinal, prolapso rectal o enteropatía pierde proteína. En el 15% de los casos se han descrito malformaciones congénitas, como malrotación intestinal, defectos cardiacos y craneales, paladar hendido, polidactilia y defectos genitourinarios.
En su manejo se ha propuesto la realización de colonoscopias cada 2-3 años a partir de los 15-17 años si aparece sintomatología, eliminado los pólipos que se vayan encontrando.
Poliposis adenomatosa familiar.
Previamente reconocida como síndrome de Gardner, que incluye igualmente al síndrome de Turcot tipo 2. Es el síndrome de poliposis mas frecuente con una incidencia de 1/8000-10.000. El patrón de herencia descrito en la mayoría de los sujetos es de tipo autosómico dominante; habiéndose asociado con una mutación del gen 5q21. Este síndrome se caracteriza por la presencia de adenomas de localización colorrectal y duodenal con alto riesgo de progresión a carcinoma colorrectal o adenocarcinoma duodenal en la 4ª  década de vida. Al menos el 1% de los pacientes pueden desarrollar un hepatoblastoma en la primera década de vida. También se han descrito adenocarcinoma papilar de tiroides, tumores adrenales, cerebrales, fibrosarcomas y tumores dermoides. Su diagnóstico requiere gastro-colonoscopia con toma de biopsia.
Síndrome de Peutz-Jeghers.
Su herencia es de tipo autosómico dominante. Los pólipos intestinales de tipo hamartomatoso pueden presentarse en duodeno y otros tramos de tubo digestivo. Las manifestaciones clínicas pueden incluir obstrucción intestinal y hemorragias digestivas. Son características las lesiones melánicas digitales y en labios. El riesgo de cáncer colorrectal y de intestino delgado esta incrementado en estos pacientes; así como, de cáncer de mama, pulmón, tiroides, pancreas o uterino. En algunos niños varones se ha descrito cáncer testicular que puede debutar como ginecomastia.
Síndromes de poliposis menos frecuentes.
Incluyen el síndrome de Cowden, síndrome de Bannayan-Riley-Ruvalcaba (BRRS), síndrome de poliposis múltiple hereditaria (HMPS), síndrome de Gorlin, síndrome MEN2b y síndrome de Cronkhite-Canada.

Prof. Dr. José Uberos Fernández

Etiología de la pancreatitis aguda en edad pediátrica

(Reseña publicada en la WEB de la SEPEAP el 19 de Julio de 2008)

La pancreatitis aguda es una patología infrecuente en edad pediátrica, aunque según algunos autores esta aumentando su incidencia en los últimos años. Los factores etiológicos parecen relacionarse con los diferentes estratos de edad considerados. L. Kandula and M. E. Lowe. Etiology and outcome of acute pancreatitis in infants and toddlers. J Pediatr. 152 (1):106-10, 110, 2008; revisa la etiología de las pancreatitis agudas infantiles en una serie de 947 casos de pancreatitis aguda, de los cuales el 11% tenían menos de 3 años. Los criterios diagnósticos que consideran los autores incluyen un cambio agudo en el estado de salud del paciente unido a alteraciones bioquímicas consistentes en un aumento de la amilasa sérica de al menos 3 veces los valores normales (< 90 UI/L) o de los valores normales de lipasa (< 200 UI/L) y/o alteraciones radiológicas o hallazgos quirúrgicos consistentes con pancreatitis aguda. 
Hasta el 76% de los casos fueron diagnosticados en el hospital tras ser ingresados por motivos diferentes a la pancreatitis aguda. Los síntomas asociados a pancreatitis aguda en niños son similares a los observados en otros grupos de edad, si bien el dolor abdominal puede ser menos frecuente; se estima que al menos la mitad de los pacientes puede no tener dolor abdominal a inicio de la enfermedad. el síntoma mas frecuente fueron los vómitos. La aparición de complicaciones como absceso, seudoquiste, insuficiencia renal o coagulación intravascular diseminada fueron los criterios requeridos para considerar la pancreatitis como grave. La mortalidad asociada en esta serie fue del 8%. 
Entre las causas genéticas de pancreatitis aguda destacar las mutaciones en el tripsinógeno (PRSS1), fibrosis quística (alteraciones en le gen regulador de la conductancia transmembrana, CFTR) y alteraciones en el inhibidor de la serina proteasa kazal-1 (SPINK1. Las causas géneticas de pancreatritis aguda constituyen el grupo de procesos menos frecuentes. Las causas mas frecuentes de pancreatritis aguda en edad pediátrico fueron las enfermedades multisistémicas (síndrome hemolítico urémico, enfermedad pulmonar o shock), infecciones sistémicas y catalogada como idiopática cuando no fue posible demostrar una patología asociada.

Prof. Dr. José Uberos Fernández

Algunas novedades en nutrición pediátrica

(Reseña publicada en la WEB de la SEPEAP el 11 de Octubre de 2011)

La nutrición es una disciplina esencial de la pediatría y la puericultura, sujeta permanentemente a cuestionamientos e investigaciones y mejoras clínicas. En su artículo B. Michael. Current Challenges in Pediatric Nutrition. Current Problems in Pediatric and Adolescent Health Care 41 (9):234-239, 2011, revisan las novedades nutricionales referentes al recién nacido prematuro y bajo peso para la edad gestacional, la desnutrición y la obesidad.
Nutrición del niño sano. La lactancia materna es la nutrición mas adecuada para la nutrición del lactante, tanto por la composición de la leche, propiedades endocrinas y autoinmunitarias y repercusiones psicosociales. Recientemente se ha comunicado un efecto beneficioso de la lactancia materna en la prevención de la muerte súbita, según estos datos derivados de un estudio de casos y controles la lactancia materna reduce en un 30% la muerte súbita del lactante (OR 0.69; IC 95% 0.57-0.84). Estos autores recalcan los efectos ya comunicados en diversos trabajos donde se evidencia un menor riesgo de obesidad en lactantes alimentados al pecho. A este respecto algunos estudios observan que la alimentación de lactantes con fórmulas con bajo contenido en proteínas producen un efecto neto sobre el riesgo de obesidad similar al observado tras alimentar con leche materna. Los beneficios de la lactancia materna exclusiva hasta la edad e 6 meses han sido cuestionados por algunos autores, que observan que el efecto protector de la lactancia materna exclusiva frente a enfermedades como la dermatitis atópica sólo se observa cuando se mantiene la lactancia materna exclusiva hasta los 4 meses de edad, otros estudios observan que la lactancia materna exclusiva mantenida hasta los 6 meses de edad fue superior a la mantenida hasta los 3 meses de edad. Existe por tanto discrepancia en el momento actual sobre el momento en que debe introducirse la alimentación complementaria. Algunos autores argumentan que un motivo para recomendar la lactancia materna hasta los 4 meses es que la enfermedad celiaca puede ser evitada cuando se introduce el gluten en la dieta en lactantes que todavía toman leche materna. En cualquier caso, en tanto se clarifican estos puntos con evidencias mas fuertes, las recomendaciones de la OMS y de la UNICEF de mantener la lactancia materna hasta los 6 meses deben tenerse en cuenta; sólo en los casos en los que la ganancia de peso no es adecuada debería considerarse adelantar la introducción de la alimentación complementaria.
Nutrición del recién nacido prematuro. Dependiendo del grado de madurez del intestino los recién nacidos prematuros pueden requerir nutrición parenteral durante varias semanas. La alimentación enteral debe contener cantidades suficientes de ácidos grasos polinsaturados de cadena larga, ácido docohexaenoico en una proporción del 0.2-0.5%. Además la suplementación de las fórmulas con probióticos, prebióticos o simbióticos en recién nacidos prematuros con mas de 1000 g protege en el desarrollo de enterocolitis necrotizante y disminuye la mortalidad; en niños por debajo de este peso la mayoría de los autores no recomiendan el uso de probióticos debido a la ausencia de datos sobre su eficacia y seguridad. La comparación del crecimiento del recién nacido prematuro observado en la práctica cotidiana con el crecimiento fetal teórico muestra una restricción del crecimiento del 40-90% que se explica por un deficit proteico-energético, las consecuencias de esta restricción proteica ex-útero no están perfectamente conocidas, pero podrían explicar las alteraciones neurológicas descritas bajo el término de "encefalopatia de la prematuridad"
Durante el tercer trimestre la ganancia ponderal del feto varia entre 12-20g/Kg/dia. La composición de la ganancia ponderal del prematuro depende de la cantidad de energía y de las proteínas aportadas. Para obtener un crecimiento de tipo fetal, caracterizado por un almacenamiento moderado de grasa y una utilización máxima de las proteínas, el sporte proteico debe ser suficiente, se recomienda en menores de 1000 g un aporte calórico de 110-135 kCal/Kg/dia, un aporte de proteínas de 3.6-4.1 g/Kg/dia, que en recién nacidos de 1000 a 1800 g debe ser de 3.1-3.6 g/Kg/dia (ESPGHAN 2010). Estos y otros aspectos pueden ser consultados en A. Lapillonne, H. Razafimahefa, V. Rigourd, and M. Granier. La nutrition du premature. Archives de Pediatrie 18 (3):313-323, 2011.

Prof. Dr. José Uberos Fernández

Nutrición e infección

(Reseña publicada en la WEB de la SEPEAP el 24 de Junio de 2008)

Aunque el término malnutrición se ha considerado clásicamente como sinónimo de desnutrición, en el momento actual deben considerarse en este apartado todas las alteraciones tanto por defecto como por exceso, incluyéndose los procesos de sobrenutrición en esta categoría. La investigación ha proporcionado en los últimos años evidencias sólidas sobre la utilidad de los micronutrientes en la resistencia a sufrir determinadas enfermedades infecciosas, estos aspectos han sido desarrollados por N. W. Solomons. Malnutrition and infection: an update. Br.J Nutr. 98 Suppl 1:S5-10, 2007.
Se ha podido comprobar como la suplementación con altas dosis de vitamina A producía un efecto directo en la disminución de la morbimortalidad por sarampión, y algunas evidencias como la publicada en Darlow BA & Graham PJ (2002) Vitamin A supplementation for preventing morbidity and mortality in very low birthweight infants. Cochrane Database Syst Rev 4, CD000501; objetivan su utilidad en la prevención de infecciones en los recién nacidos de bajo peso. De forma similar, la suplementación con zinc y las terapias de rehidratación oral han mostrado su utilidad en la disminución de la duración y severidad de las diarreas agudas. Mas recientemente se ha renovado el interés sobre la vitamina D como elemento importante en la disminución de la morbilidad de algunas infecciones virales y bacterianas.
Un escenario clásico de deterioro del estado nutricional del huésped, lo constituyen las pérdidas de sangre a nivel intestinal originadas por las tenias. La biología de los protozoos y los parásitos multicelulares es mucho mas compleja que la de virus o bacterias e influye de forma mas directa en el estado nutricional del huésped. Un ejemplo de ello lo constituiría la elaboración por parte de algunos nemátodos intestinales de un receptor para los carotenos que competiría con la absorción selectiva del huésped para la vitamina A.
Con el descubrimiento de la pandemia de VIH en 1981, hemos aprendido mucho sobre la contribución de diversos micronutrientes en el mantenimiento y de desarrollo de la función inmune del huésped. Un hecho paradójico observado en adultos, no así en niños donde si tienen efectos beneficiosos, es que altas dosis de vitamina A pueden tener un efecto perjudicial en pacientes con VIH. Por otro lado, no puede perderse de vista que los estigmas sociales que acompañan a la infección por VIH puede ser origen de dificultades laborales que repercuten de forma directa en dificultades económicas y el estado nutricional de las personas infectadas.
Aunque el VIH se considera en la actualidad como una enfermedad emergente transmitida al hombre como una enfermedad zoonótica desde algún huésped animal, existen multitud de agentes que podrían ir engrosando esta lista y convertirse en el futuro en problemas auténticos de salud pública, factores como la rapidez en los viajes internacionales, cambios demográficos en las poblaciones autóctonas pueden contribuir a la adaptación y diseminación de nuevos patógenos en humanos.
La contribución de la obesidad y sobrepeso al desarrollo de enfermedades infecciosas es un aspecto que aunque fue estudiado por primera vez en Edelman R (1981) Obesity: does it modulate infectious disease and immunity? Prog Clin Biol Res 67, 327–337; ha sido posteriormente poco investigado. Los datos disponibles en la actualidad sugieren que los sujetos obesos tienen un mayor riesgo de enfermedades infecciosas. Algunos ensayos observan una mayor frecuencia de complicaciones infecciosas tras cirugía, otros estudios refieren una mayor persistencia del virus de la hepatitis C en el hígado graso, habitual de los sujetos con sobrepeso. Otros autores han referido un aumento de enfermedades infecciosas dermatológicas como candidiasis, impétigo, eritrasma, tinea cruris o foliculitis.
Fue Weinberg, quien en Weinberg ED (1999) Iron withholding: A defense against viral infections. Biometals 9, 393–399; utilizó el término inmunidad nutricional para referirse a aquellos casos en los que la restricción de un determinado nutriente podía originar un efecto protector frente a determinadas infecciones al restringir el acceso de nutriente fundamentales para el desarrollo del patógeno. Tal vez, el ejemplo mas descriptivo lo constituyen la descripción de episodios de amebiasis fulminante en la tribu Bantu de Sudáfrica que habitualmente se ven expuestos a sobrecargas dietéticas de hierro. Posteriormente se pudo comprobar que el hierro es un factor determinante de virulencia en Entamoeba histolytica. Otros ejemplos lo constituyen la cardiotoxicidad del virus Coxsackie cuando al modelo murino deficiente en vitamina E se le somete a una dieta con exceso de hierro. Otros ejemplos lo constituyen el mayor riesgo de sepsis por Gran negativos en pacientes pediátricos sometidos a tratamiento con hierro dextrano IM, o la mayor susceptibilidad a desarrollar enfermedad por Plasmodium vivax en áreas endémicas en gestantes sometidas a suplementos gestacionales con hierro.
La influencia de los micronutrientes mas investigados como zinc o vitamina A sobre el desarrollo de inmunidad es patente en los programas de inmunización frente al cólera y la suplementación con zinc donde se ha podido comprobar aumento de su eficacia. Otras líneas de investigación han recurrido a la utilización de probióticos para disminuir la duración y gravedad de determinadas enfermedades diarreicas y la infección por Clostridium difficile. La generalización de las recomendaciones de uso de lactancia materna como alimentación ideal en el lactante, constituyen el paradigma de las relaciones entre alimentación, dieta y enfermedades infecciosas, al aportar una serie de factores que vienen a reforzar la inmunidad pasiva y contribuir a una menor carga de enfermedad.
La enfermedad de Keshan es una rara y grave enfermedad pulmonar observada en el sudeste asiático que se ha relacionado con una baja concentración de selenio en la dieta. En el modelo murino se ha comprobado su relación con la infección por virus Coxsackie que modifica su virulencia en función de la disponibilidad de selenio en el huésped.

Prof. Dr. José Uberos Fernández

Gastroenteritis por Norovirus

(Reseña publicada en la WEB de la SEPEAP el 2 de Febrero de 2010)

Aunque el agente Norkwalk fue el primer virus identificado como causante de gastroenteritis, su detección de forma rutinaria se ha visto dificultad por la ausencia de métodos sensibles en su detección. Hasta 1993 su detección se realizaba por visualización directa en muestras fecales por microscopia electrónica. El análisis genético molecular revela que los virus Norkwalk tienen una estructura de RNA monocatenario de aproximadamente 7.7 kb envuelto por una cubierta proteica con una depresión que le da forma de copa, de ahí que se encuadre en la familia de los caliciviridae (forma de cáliz). Se han identificado tres genogrupos (GI, GII y GIV) y al menos 25 genotipos con numerosos subgrupos; siendo el genogrupo GII el mas frecuente a nivel mundial. Esta diversidad genética se debe a la facilidad de mutación durante el proceso de transcripción de los virus RNA. Con el conocimiento de la secuencia genética de los norovirus, los métodos de detección con PCR se han convertido en las técnicas de detección habituales en heces, agua o alimentos. 
La diseminación y transmisión del virus se realiza por vía fecal-oral, diversas características de los norovirus facilitan su diseminación: se precisa una baja dosis infectiva (18 a 1000 partículas virales), como el virus se puede diseminar a través de fómites, cuerpos goticulares y contacto persona-persona, se estima una tasa de ataque del 30% o mas entre contactos familiares estrechos; la eliminación del virus precede en al menos un 30% al inicio de la enfermedad y puede continuar largo tiempo después de finalizados los síntomas; el virus puede resistir temperaturas de hasta 60ºC y sobrevive en el entorno en agua helada; la existencia de gran variedad de cepas de norovirus, hace que la protección inmunológica cruzada del huésped no sea completa para todas las cepas; lo que unido a su facilidad de mutación facilita la infección de huéspedes susceptibles. 
La imagen adjunta desarrolla el árbol filogenético de los norovirus, tomado del trabajo de RI Glass y cols.
Después de un periodo de incubación que varia entre 10 y 50 horas, se producen vómitos, dolor abdominal, fiebre, síntomas constitucionales como cefalea, escalofríos y mialgias. Los síntomas persisten durante 2-3 días, aunque se pueden prolongar hasta una semana. Tras la enfermedad, los virus pueden eliminarse durante 8 semanas, y durante mas tiempo en inmunodeprimidos. 

Las lesiones histológicas de los pacientes infectados consisten en ensanchamiento y aplastamiento de las vellosidades intestinales, hiperplasia críptica, vacuolización citoplasmática e infiltración polimorfonuclear y mononuclear en lámina propia. No se aprecian cambios histológicos en fundus gástrico, antro o mucosa colónica. Como consecuencia de este proceso inflamatorio la actividad enzimática de las vellosidades intestinales disminuye, observándose malabsorción de carbohidratos y diarrea osmótica. La observación de que determinados sujetos podían no desarrollar la infección tras ser infectados experimentalmente por norovirus, llevó a la conclusión de que existe un factor de protección natural frente a la infección que se ha ligado a los oligosacaridos unidos a proteínas y lipidos, responsables de los grupos sanguíneos. Las tres familias de grupos antigénicos sanguíneos ABO y Lewis se han relacionado con la unión a norovirus en las células. El estado secretor relacionado con la expresión del gen de la fucosiltransferasa 2 se ha relacionado con mayor susceptibilidad a la infección por norovirus; las personas que son no secretoras, que se corresponde con un 20% de los europeos, son resistentes a la infección. 
En R. I. Glass, U. D. Parashar, and M. K. Estes. Norovirus gastroenteritis. N Engl J Med 361 (18):1776-1785, 2009; se desarrollan algunas reflexiones sobre los mecanismos de control de la infección por norovirus, que es la segunda causa mas frecuente de diarrea en países desarrollados. Dichos mecanismos pasan por los mecanismos de prevención primarios, uso de vacunas y tratamiento de la enfermedad sintomática.

Prof. Dr. José Uberos Fernández

Reconocimiento de la migraña abdominal

(Reseña publicada en la WEB de la SEPEAP el 25 de Mayo de 2011)

La migraña abdominal afecta al 1-4% de los niños y es una variante de la cefalea migrañosa. Su inicio ocurre generalmente entre los 7-12 años y las niñas se afectan con mayor frecuencia. Los criterios diagnósticos recogifod en el Rome III Pediatric Criteria for Functional Gastrointestinal Disorders (FGIDs) de 2006 considera el diagnístico despues de dos episodios, en tanto en International Headache Society’s International Classification of Headache Disorders-II (ICHD-II) de 2004 se consideran necesarios 5 episodios. 
Con el objetivo de simplificar el dolor de la migraña abdominal es agudo, paroxístico y seguido de un dolor periumbilical intenso que suele durar varias horas y se sigue de síntomas vegetativos como palidez, nauseas y vómitos. Una historia familiar de cefalea migrañosa es frecuente.
Los factores implicados en su patogénesis han sido: alergia alimentaria mediada por IgE, respuesta inmunológica de la mucosa intestinal, catabolismo de catecolaminas y monoaminas y permeabilidad de la mucosa intestinal. Algunos autores han propuesto el stress y la respuesta de neurotransmisores que ocasiona como responsable de las alteraciones gastrointestinales. 
Los estudios diagnósticos iniciales de un paciente que presenta historia de vómitos cíclicos o posible migraña intestinal incluyen: hemograma, proteina C reactiva, electrolitos, glucosa, creatinina, enzimas hepáticos y pancreáticos, test de gestación, urocultivo y sangre oculta en heces, ecografia gástrica, seriada gastrointestinal con contraste, resonancia magnética cerebral, esófagogastroduodenoscopia y colonoscopia. 
En lo relativo al tratamiento, algunos autores han comunicado buenos resultados con el uso de sumatriptan nasal e ibuprofeno a 10 mg/Kg/dosis. En Debbie M. Popovich, Denise M. Schentrup, and Allison L. McAlhany. Recognizing and Diagnosing Abdominal Migraines. Journal of Pediatric Health Care 24 (6):372-377, 2011; se pueden ampliar estas consideraciones.

Prof. Dr. José Uberos Fernández



martes, 26 de julio de 2016

Lactancia materna: Su papel en el desarrollo de la alergia y el asma

(Reseña publicada en la WEB de la SEPEAP el 10 de Noviembre de 2006)

 La primera observación de que los niños alimentados al pecho sufrían menos eccemas que los alimentados con lactancia artificial datan de 1939, fecha en que Grulee y Sandford comunican esta observación. Lo cierto es que hasta la fecha se han sucedido infinidad de estudios sobre la materia con resultados en su mayoría poco concluyentes. Intervienen en esta relación múltiples factores difíciles de evaluar que atañen tanto a la inmunidad del lactante, inmunidad de la madre, composición de la leche materna y estado del intestino del lactante. Se ha implicado durante mucho tiempo a la IgAs como un factor determinante de la protección conferida por la madre al lactante frente a reacciones inmunológicas, de hecho en algunos estudios se concluye que los lactantes alimentados al pecho con bajas concentraciones de IgAs en la composición de la leche desarrollan eccemas con mas frecuencia. La concentración de citokinas pueden también también jugar un papel en la inmunogenicidad del recién nacido alimentado con leche materna; las IL-4, IL-5 e IL-13 estan íntimamente relacionadas con la producción de IgE e inducción de los eosinófilos, que están presentes en mayor cantidad en la leche materna de madres atópicas. La presencia de IL-14 en leche materna puede por su parte ser un factor protector en el desarrollo de alergias al inducir la activación de TH1 en respuesta a las bacterias.


N. J. Friedman and R. S. Zeiger. The role of breast-feeding in the development of allergies and asthma. J.Allergy Clin.Immunol. 115 (6):1238-1248, 2005; revisan las evidencias actuales sobre el papel protector de la lactancia materna en el desarrollo de dermatitis atópica y asma.
La composición de ácidos grasos poliinsaturados y poliaminas también se ha relacionado con el papel inmunoprotector vs alergénico de la leche materna. La presencia en leche materna de altos cocientes de ácido araquidónico/ácido eicosapentanoico, se ha relacionado con mayor riesgo de atopia en los niños amamantados con esta leche. La alta concentración de proteina eosinófila catiónica en leche materna se ha relacionado con una mayor frecuencia de alergia a proteínas de leche de vaca y dermatitis atópica.
Otro campo de estudio abarca el terreno de la genética algunos polimorfirmos en genes aislados se han implicado en una mayor frecuencia de dermatitis atópica; se incluyen aquí la región 5q31 relacionado con la codificación de la IL-4 y otras citoquinas, la 11q13 relacionado con las cadenas beta de alta afinidad por el receptor de la IgE y las regiones 6p21 y 12q13 relacionadas con la codificación del HLA-D e IFN-γ respectivamente.
El papel de las infecciones en el desarrollo de la alergia es variable, de un lado las infecciones virales como la originada por el virus respiratorio sincitial puede favorecer el desarrollo de episodios de broncoespasmo recurrente; aunque es bastante probable que las inmunoglobulinas transmitidas al lactante en la leche materna tengan cierto papel protector. Por otro lado ciertas infecciones, fundamentalmente bacterianas pueden tener cierto papel protector al estimular la vía de los linfocitos TH1. En referencia a esta última observación algunos autores defienden que el padecimiento de infecciones frecuentes durante la infancia tiene un papel protector frente a la alergia. De igual forma la colonización intestinal por lactobacilos u bifidobacterias puede tener un papel protector frente al desarrollo de asma al estimular la vía de los linfocitos TH1.
Diversos alergenos pueden ser detectados en concentraciones nanomolares en leche materna hasta 6 horas después de la ingestión por la madre. Se han observado concentraciones de beta-lactoglobulina, caseina y alfa-globulinas que en ocasiones han originado un agravamiento clínico en niños sensibilizados tras la ingestión de leche  materna.
El papel de la lactancia materna en la prevención de la alergia ha permanecido controvertido hasta hace pocos años, estudios con calidad metodológico muy diversa han encontrado argumentos en favor y en contra de esta teoría. Algunos metaanálisis mas recientes han demostrado un evidente papel protector de la lactancia materna frente a la alergia, mas acusado cuando la lactancia se mantiene  mas allá del 4º mes de vida.
Prof. Dr. José Uberos Fernández

Invaginación intestinal: Definición de criterios diagnósticos

(Reseña publicada en la WEB de la SEPEAP el 8 de Junio de 2006)

La invaginación intestinal es la causa mas frecuente de obstrucción intestinal en lactantes. Ocurre cuando una porción de intestino se "invagina" sobre una porción de intestino distal; como consecuencia se obstruye el flujo arterial intestinal, resultando en edema de la pared intestinal y si no se resuelve el problema se produce infarto intestinal, perforación intestinal y muerte del paciente.
Su prevalencia oscila en los países desarrollados entre 0.5 y 2.5 casos por mil nacidos vivos. Su diagnóstico requiere la demostración de la invaginación mediante examen radiológico con enema (contraste o aire), ecografía o examen quirúrgico. Sin embargo, en ocasiones el diagnóstico permanece en límites de indefinición por lo que J. E. Bines, B. Ivanoff, F. Justice, and K. Mulholland. Clinical case definition for the diagnosis of acute intussusception. J.Pediatr.Gastroenterol.Nutr. 39 (5):511-518, 2004; han desarrollado diversas escalas de definición diagnóstica. Hablamos de invaginación probable cuando coinciden 2 criterios mayores y 1 criterio mayor y 3 menores. Hablamos de invaginación posible cuando coinciden 4 criterios menores.
La invaginación intestinal puede ser consecuencia de diversas causas primarias, que pueden actuar como cabeza invaginante; y entre las que se incluyen: divertículo de Meckel, pólipos, linfomas, hematomas de la pared intestinal en el transcurso de una púrpura de Schönlein-Henoch o una hemofilia, duplicaciones intestinales, quistes o neurofibromas. Sin embargo en mas del 60% de los casos la causa permanece incierta. Algunos estudios han encontrado un aumento del espesor de la pared intestinal y del tamaño de los ganglios linfáticos después de una infección por rotavirus, lo que se ha relacionado con mayor frecuencia de invaginación consecutiva a esta infección. Aspecto que también fue observado en relación a las primeras vacunas ensayadas frente a rotavirus. H. I. Huppertz, M. Soriano-Gabarro, E. Grimprel, E. Franco, Z. Mezner, U. Desselberger, Y. Smit, Bosch J. Wolleswinkel-van den, Vos B. De, and C. Giaquinto. Intussusception among young children in Europe. Pediatr.Infect.Dis.J. 25 (1 Suppl):S22-S29, 2006; revisan las diferentes etiologías mas prevalentes de invaginación.
Son criterios mayores de invaginación la existencia de:
  • Evidencia de obstrucción intestinal al presentarse vómitos biliosos, distensión abdominal o ausencia de ruidos intestinales. Niveles hidroaéreos en la radiografía de abdomen.
  • Rasgos típicos de invaginación intestinal: Palpación de masa abdominal. Masa rectal. Prolapso intestinal. Radiografía simple de abdomen con signos de masa abdominal. Ecografía o TAC abdominal compatibles con invaginación.
  • Evidencia de compromiso vascular intestinal o congestión venosa. Observación de sangrado por heces o visualización de heces en "jalea de grosella". Presencia de sangre en el tacto rectal.
Son criterios menores:
  • Edad inferior a 1 año y sexo masculino.
  • Dolor abdominal.
  • Vómitos.
  • Letargia.
  • Palidez.
  • Shock hipovolémico.
  • Radiografía de abdomen con patrón aéreo anormal.
Prof. Dr. José Uberos Fernández